enero 24, 2011

Rubí

En su cumpleaños, un Emir de Ajmán, exigía piedras preciosas. Aproximarse, en lo ceremonial, no era lo más fácil, él representaba la dificultad de hacerle un presente a alguien que lo tenía todo y, aunque autoritario fue siempre muy práctico, la imposición no las ponía fácil. Recuerdo el color de los velos de la servidumbre, las cortinas y el decorado de los muebles en madera de roble, de un rojo seductor y fatigante. Eso fue hace mucho tiempo pues encontró en Rubí, una delicada tunecina de sangre marroquí, de ojos grandes y expresivos, la más preciosa de las gemas y, en aquel enamoramiento no correspondido, la ruina.
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Como banda sonora dejo estas dos canciones: una de los Babasónicos y la otra de Kaiser Chiefs. Ojalá les gusten:

   Los babas:


   Los Kaisers:

1 comentario:

Vincent dijo...

En verdad me encantaría saber más de esta historia.

¡Saludos!