abril 30, 2010

La carta abierta

Sobre el escritorio dejó el papel golpeado. Tan arrugado por la rabia como por los doblesces del amor. La constreñida locomoción que afecta a los iracundos le hizo salir del estudio y de la casa, dejando la puerta abierta; la misma puerta que permanecía con seguro la mayor parte del tiempo. Salió deprisa, no sin antes lanzar una mirada diabólica a la mujer que, en ese intante, subia con la charola trayendo el café y las galletas de la tarde. Bajó las escaleras con vehemencia acompasada metido en las pantuflas, sosteniendose del pasamanos temeroso de otro accidente.

Francisca, la institutriz -en un tiempo amante discreta-, resuelve, por los efectos embriagantes de la curiosidad, entrar al único lugar vetado en la intimidad del señor Lombardo. El cuarto de estudio:"la morada del geronte". De un vistazo rápido observa los estantes de madera y las pinturas en la pared; se acerca al solidario, que es como lo llama, y deja sobre él la charola de plata. Él: enorme escritorio de madera macisa; al cual rodea, e incluso uno sobre otros, los habituales peredengues y abalorios del escritor amateur. Incluso en la hojarazca desordenada de los papeles, una hoja arrugada fructifica; Francisca la compara como a un sombrerillo de hongo en el piso del bosque, donde solia ir en otoño, en los años cuando los señores daban un mes de vacaciones y Praga todavía era económica.

Las lineas, en una escueta letra algo inclinada, no armaban tres parrafos. El primero trataba de una deuda vencida. El segundo, algo confuso, sobre la urgencia de una salida negociada o del ofrecimiento de un intercambio favorable. El último, finalizado en puntos suspensivos, como hecho extraño y aterrador, mencionaba mi nombre completo: Francisca Roberta Duschen, con el apelativo: la hija que debiste cuidar.

abril 28, 2010

Sucede cuando se acuesta

Daba vueltas en la cama tratando de dormirse. La mente circulaba entre los recodos, y sacaba los pendientes, cuando se puede hacer nada para solventarlos. El prurito embalsama el día siguiente con la promesa de dedicarle las primeras y mejores horas de la mañana. Incluso idea un itinerario con tiempos y movimientos. Evita el recurso de las ovejas que saltan sobre una tapia como talisman para el sueño profundo. No toma medicamentos, ni hace uso de los consejos naturistas de emplastos ni goticas. Ni bebe leche caliente, no solo por la intolerancia a la lactosa sino por la contundencia de un informe medico acerca del rotulo deslactosado y los contenidos de amoniaco. Simple. Deja que el mismo cuerpo sea vencido por el cansancio; a pesar del esfuerzo diario, se da cuenta que el miedo al insomnio es más grande que el insomnio mismo. El primero antecede y da fuerza al segundo. Asi que, rendido, da vueltas en la cama tratando de dormirse. Aveces funciona.

abril 24, 2010

Me gusta el aire puro

Acompañame afuera; quiero fumarme un cigarrillo. Llevo lustros sin sentir el humo, en cambio, la dasazón de aquellos tiempos idos, la que sentiamos cada quinquenio, como lo resumiste en ese poema tuyo, ahora, sin querer despertar compasión, es de lo más común -Dicho esto salimos a la calle.

Me gusta más la Bogotá lluviosa -dijiste, mientras exhalabas una corriente de aire viciado. La Bogotá opaca y misteriosa de la que nos enamoramos. En la que te disuelves lentamente y emerges convertido en un trozo de asfalto, un bolardo o una alcantarilla; la que cuando sonrries puedes precipitar la euforia sin tener agarrarte de las esquinas. Mi Bogotá, en la que nos hemos traicionado.

¿Quieres?-dices alcanzandome el cigarro encendido, sabiendo mi negativa. ¿Sabías que en algunos lugares de Puente Aranda el aire que respiras es más contaminado que un Belmont?

abril 22, 2010

Acto de presunción

"Nunca" Le dijo Margot, cuando Emilio le preguntó si podrían, algún día, tener una relación más alla de una amistad. "Nunca" mientras recogia apresurada los cuadernos de la mesa y los metia dentro, como rellenando una piñata. "Nunca...bueno, al menos no mientras escuches esa música inaprensible, histérica y blasfema" Asi, con estas palabras virtuosas, sacadas hace poco del diccionario y utilizadas en el ensayo de historia, al respecto de la contra reforma, evidenció que la posibilidad existía aunque para otra persona. Nada extraño para Margot, la que tenia como pasatiempo ensamblar centenares de fichas de rompecabezas, quien armara esta clase de sentencias ambivalentes.

abril 19, 2010

Sin embargo

Te presentas como un amigo. De esos difíciles de encontrar. Me ayudas, haces las cosas fáciles. Creo en tu personalidad, en tus palabras. Te encuentras tan afable, dinámico y unificador. Pero, para mi pesar, termino siendo esclavo de tu magia; reiterativo en tu llamado, simple amor adolescente. Me haces sentir dependiente y limitado, con muletas, insolvente, de grandes salas amobladas con el mismo diseño de telas. Monotonia latente que saca el rostro de las esquinas. SIN EMBARGO eres llamado, y te quiero, me cuesta dejarte pues no puedo escupir la mano que me ha dado de comer; pero, inevitablemente,tenemos que ausentarnos uno del otro, como sabes he escogido tu mundo para vivir y también aqui me repiten "mira con quien andas.."; tú, como siempre estarás atento, con tus memos pegados en la pared, en la construcción de puentes peatonales que comunican una autopista peligrosa. Es todo. Mejor démonos un tiempo, ¿quieres?.

abril 15, 2010

A tiempo

Mientras estiras las horas con ese afan enfermizo, colecciono los minutos que se te escapan. No son muchos pero son efectivos. He utilizado algunos para descubrir los ingredientes de la sopa, el fermento del café y los taninos del vino. Otros para decifrar la angustia, la timidez, la desconfianza; en el deseo necesito muchos más, pero en la mentira requiero horas. Soy muy confiado.

Me recordabas que solo fueron los primeros cinco minutos, en ese día de la fiesta de quince, cuando los dos por casualidad figuramos de acompañantes, los que en realidad ensamblaron la primera impresión, imperecedera. "Dos adultos confirmadisimos" -me dijiste, cuando salimos a bailar en la soledad de la pista, la canción que nos gustaba tanto, "entonces todo un éxito, y si no estoy mal, también para mis quince"- dijiste sumandole la cargajada.

No llevabas reloj, en esos días. En tu cumpleaños, por desgracia, te regale uno pequeño, de pulseras en cuero, con tinte rosado. No sé como diablos podias ver la hora en unas menecillas como esas, ya de hecho pequeñas, pero seguro que te gustó. Mi ex, recomendó el modelo en particular, segura de su atractivo. No se equivocó, pues ni en el sexo te lo quitabas. Además de iniciarte en la mania de observarlo a cada rato, incluso ni para averiguar la hora. "¿Acaso no acababas de ver el reloj?" -te recriminé una tarde. En fin, empezaste a medir el día que para ti , meses atrás, se componian de eventos. No quiero pensar que harás con el pasado, porque cuando quieras contemplarlo, seguramente no tendré tiempo para tí.

Ilustración de Ricardo Fumanal






abril 14, 2010

Síndrome Mcfly

"¿Acaso eres gallina?"-le grita a Martin un tipo con traje de vaquero, que deberia ser, por las señas particulares: sombrero y bandana negros, revolver en funda visible y acariciado con la mano diestra, presumible cicatriz en la mejilla, barba descuidada y tono de voz aguardientosa, con redoble de flema frecuentemente expulsada... un personaje del tipo malo superlativo de la industria cinematográfica.

Martin Mcfly da la vuelta. Recompone su estado, de intimidación, con la llegada de la expresión desafiante, a uno de confrontación. Acoquinar, amedentrar y acobardar son los verbos que al joven Martin parecen incomodarle. En esta ocasión algo diferente a ocurrido. Si esta no fuese la entrega tres de la secuela Back to the future, tal vez, el protagonista, hubiera muerto por la necesidad de demostrarse valiente. Gracias a Spielberg , y a sus gionistas, las palabras sabias del bisabuelo ayudaron a superar el complejo, y a salvar su pellejo. Sin embargo, a las personas fuera del cine que padecen el sindrome Mcfly, las cosas no son tan sencillas.

La provocación en su forma más romantica es el desafio. Una forma de competición. Para nuestro Mcfly de ruana, es la puesta en marcha de un mecanismo sin reversa. La dinámica resultante tiene como gran final la comprobación, casi siempre, beneficiosa para el azuzado. La victoria es proteina anímica, que hace más difícil el escape a otra incitación. La adredalina, como la heroina, es placentera y adictiva, el reto hace como de aguja hipodérmica.

abril 12, 2010

Un segundo intento

Ahí estaba la voz de la mujer -después de que timbrara más de seis veces, en el segundo intento- para recordar que podia dejar un mesaje de voz. Tenia un mensaje que dar, unas palabras concretas que decir, pero tenia que ordenarlas. Sabia que no queria contestarle, es obvio. Ella, por el contrario, se moria por escucharlo. Sin embargo, debia dejarle claro que, aparentemente, no le importaba. Dignidad ante la grosería-diria su madre. Para tal fin, sacando un papelito y un boligrafo, de la cartera, escribio las palabras una debajo de la otra. Se apoyó, por comodidad, en la carpeta de cuero, dentro de la cual llevaba el documento; salva vidas judicial, por el cual habia accedido a relacionarse, intimamente, con la mujer de las gafas gordas, el pelo hirsuto y las piernas cortas. Miró las palabras y las re-escribió luego en otra lista, esta vez, en orden de importancia.

¿No es mejor el dinero? -dijo el semental, cuando ella le confirmó su paga, aún con atisbos de temor, visibles en las goticas de sudor que le reforzaban el incipiente bigotito boyacense. Belluda, así definida; condición que las mujeres de su familia han sabido disimular, tres generaciones. No tanto ella, que cometio el error de afeitarse, sabiendo que existen tintes o sesiones con laser. En fin, alli con sus ojos aguados, esperando respuesta, comprendio que la mujeres nunca estarán preparadas para un "no". Los hombres tienen callo y no hace falta recurrir a la estadística para tabular que por cada Si, de una mujer, debieron existir mínimo veinte Noes. Partiendo de que ese sea el plural para No. "Estos son mis honorarios, y punto" - dijo ella con una seguridad inusitada, el día aquel que, su amor platónico, se acerco a las oficinas para pedir ayuda en un asunto delicado.




abril 09, 2010

Un constante distanciamiento

La sensación de desconfianza no surgió en años recientes. Le dijo, una noche mientras leia junto a la cama, que ella siempre habia sido algo misteriosa.

Al comienzo, Ana y Sebastian, se encontraban en la cafeteria cerca de la universidad. Ambos pedian el mismo expresso, pero lo acompañaban distinto; él pedia una de las galletas con formas, variadas e inesperadas, mientras que ella, muy regularmente, pedia un trozo de torta de chocolate. Hablaban los escasos diez minutos que tenian antes de la primera clase, pero acordadan el encuentro para el almuerzo. En las tardes no todo era tan rutinario.

Al menos, una vez cada semana, los dos, pasaban por Josecito a la guarderia. La suegra que vivió dos años en la casa, lo cuidaba en las mañanas. Para Sebastian, es necesario comentar, fueron los años más angustiantes en su precoz vida de casado. La mujer, que sobrepasaba los sesenta, habia frecuentado un grupo de oración de su congregación particular. Iglesia con onerosos impuestos a la fé, pero a la que se le agradece la mudanza de la vieja. Uno de los días cuando los tres caminaban por la séptima, rumbo al apartamento, vieron por casualidad el deteriorado Monza classic parqueado en la esquina de los bares, con la suegra dentro. Le hicieron todo tipo de gestos desde el otro lado de la calle -no estaría mal, pensarían, arrimar las diez calles que hacian falta-, pero ella seguia sosteniendo el volante con ambas manos, inclinada pasadamente hacia delante. De pronto, arrancó. Y fue como si dependiera su vida de ello.

Asi desde un tiempo para aca, a la picadurita no lo cuida la abuela. La decisión no fue mia. ¡No saben los dificil que es conseguir una buena nana y que cobre poco! Ana no contempla retirarse de la universidad, asi que nos ha tocado contruir un horario de terror, con espacios desproporcionados entre clases. Como de recargar el horario de la guarderia y reducir las salidas de fin de semana, que tanto me alegraban. Ni modo, tampoco queria retirarme. Aveces viene la anciana a ofrecer su colaboración, y aún con mis dudas, reconozco que al diablito le hace falta. Lo curioso del asunto es que Ana descarta, de inmediato, las pocas ayudas -harto necesarias- argumentando necesades o mentiras. Creo que esto es el último de los extraños sucesos, porque ella, en condición de hija mantenida, deberia ser la persona que más confiara.


abril 01, 2010

Don't you want me?

¿Viste mi sonrisa cuando me constaste esa historia tuya? Fue autentica. He aprendido a fingir; sin embargo, nunca he sido más sincera como lo que he sido en estos años de tranquilidad. Lo entenderas cuando crezcas. Ese día, como no pudiste distinguirlo, estuve atada a tus palabras, a tus miradas sin destino y, aveces, a tus dientes torcidos, del blanco natural, que deseo para mi hijo mayor. Rei con tantas ganas, que desee la intimidad, la desnudez, y sabes cual es mi mejor estímulo -eso te lo he sugerido- y no rebajas en hacerme cosquillas, en los lugares, los tiempos, los momentos. Encargate de improvisar, para mi son los rituales.

Es iluso de mi parte, desear que empieces a conocerme, de verdad, detras de la suficiencia y experiencia que admiras, a la mujer que permanece. Que lo entiendas no es mi necesidad. Nunca dejamos de buscar compañia, ni protección, pero entendemos que muchas veces se dan por separado. La busqueda de un hombre, el hombre, es la busqueda de la mujer por la mujer. Una idea por la que sufrimos los dos, pero que en nosotras se difumina más rapidamente. Una imagen persistente, aprendida y heredada de la que tú, aunque yo quiera, no podrás alejarte. Asi, lo único que deberias conocer de mi es el tiempo y el esfuerzo invertido para desbordar el caudaloso rio de tu pasión. Reirias a carcajadas al saber todo lo que he hecho y de lo que soy capaz.

He reflejado las miradas, imaginado los comentarios, esquivado los reproches y disminuido los insultos. Nunca he disimulado. Tu si lo has hecho. Me das besos intensos en la intimidad, pero me insultas con esos insipidos "picos" en la calle. Me abrazas como quien abraza a su madre, y claro, quién podria decir que no. Las miradas de las chicas que admiran lo bien que se ve la ropa que yo misma he elegido, y te he comprado; no, a ese tipo de intromiciones estoy acostumbrada. Los comentarios son, para mi, lo mismo que los reproches e insultos, no importan sin son de parte de los amigos, familiares e incluso de los hijos, que se creen con un derecho mayor. Tampoco. Lo que en realidad me duele es la urgencia tuya por ocultarme, por hacerlo todo a mi medida, por seguirme el juego, por esa falta de creatividad, la misma razón por la que las reglas en el amor no sirven. Deberias verme como una victoria, una de las que te sentiras orgulloso cuando seas viejo. No importa. Sabré fingir. Mientras buscas escusas para dejarme, hazme las cosquillas que tanto me gustan.