"Nunca" Le dijo Margot, cuando Emilio le preguntó si podrían, algún día, tener una relación más alla de una amistad. "Nunca" mientras recogia apresurada los cuadernos de la mesa y los metia dentro, como rellenando una piñata. "Nunca...bueno, al menos no mientras escuches esa música inaprensible, histérica y blasfema" Asi, con estas palabras virtuosas, sacadas hace poco del diccionario y utilizadas en el ensayo de historia, al respecto de la contra reforma, evidenció que la posibilidad existía aunque para otra persona. Nada extraño para Margot, la que tenia como pasatiempo ensamblar centenares de fichas de rompecabezas, quien armara esta clase de sentencias ambivalentes.
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