marzo 19, 2010

Un "i love you" fulminante


Dedicado a: Ebony girl

Recuerdo la escena de un pelicula donde la pareja protagonista discutia en una de las calles de Paris. Era una tarde de verano y uno podia ver las personas disfrutar de la arquitectura o de la compañia de amigos, algunos sentados en los cafés que, como es costumbre, tienen unas mesas con unas carpas, protección del sol ininterrumpido. Ellos discutian mientras toda esa representación de disfrute parisino ocurría como escenario. En un momento, luego de haber caminado enfrascados en la discusion, junto con árboles, parques, vistas magnificas al rio... el hombre dijo las frases que, para mí, llevaron al desenlace. Minutos más tarde ya parecian odiarse, mientras ella hacia su equipaje con violencia y él se fumaba un cigarrillo, en el balcon de la habitación. Acercandonos al eminente fin, los vemos distantes, y distintos. Por ejemplo, él aparce en una calle de londres, con un abrigo gigante, la barba descuidada, rumbo a una oficina, que curiosamente, esta sola cuando él llega. Ella, camina por las calles de New York metida voluptuosamente en un vestido que descubre su espalda y parte de sus torneadas piernas, ni que hablar de sus nerviosos hombros que a ratos se atrevian, en correspondencia a los omoplatos.

Las palabras precisas fueron las siguientes: "Sabes que eres infeliz y me culpas por ello" Santas palabras dichas, que le explotaron, como constumbre cinematografica, en la cara del que las pronuncio. El hombre terminó por ser el damnificado de la historia, en soledad y arrepentido. La mujer, al final, más bella y decidida, aparte de ser meritoriamente feliz; ya que, cuando la escena de la calle en NY finaliza (también la película) ella esta dando vueltas en los brazos de un hombre de traje; !solo hay que ver la sonrisa que dibuja la desgraciada!

Seguro esta fue una razón por la que creía: si hay frases que acaban con las relaciones eran, lógicamente, las hirientes. Si embargo, no fue ese mi caso, y del pintorezco círculo de amigos de ese entonces. Aunque el escenario fue algo similar a la película, digo algo, porque nos encontrabamos en una maravillosa finca de recreo en Mariquita-Tolima. ¿Saben a que me refiero? Lo cierto es que de un paisaje asi, descontando mosquitos depredarores entre las 4 y 6 de la tarde, no podrian aparcer palabras para que todo empezara a desmoronarse. No obstante, surgió un "i love you" que desde la óptica del novio, se convirtió en la comprobación de la traición, casi lógica, de los amigos amantes. La frase inocente surgió como agradeciemiento, porque yo buscaba, como un buso, con gafas prestadas y a pulmón, un aretico perdido a mi insospechada nueva moza, en la corrupta piscina que nos vio mojar.

Otra amiga supo la maquinaria que se habia puesto en marcha, y muchismo antes de que mi limitado, pero explicable, juicio cayera en la cuenta. Para mi defensa: el calor excesivo atrofia mi entendimeinto. Ella evitó que me acercara al agredido a preguntar, como es debido: "¿Qué le paso mijo, por qué tan serio?" Sólo me miró con sus grandes ojos negros, y dijo: "no es el momento para que hable con él, yo sé por qué se lo digo". Y ese por qué aún es nebuloso para mí. Pero sirvió, al menos, de explicación a los sendos balonazos mojados en un tribial juego de pelota en la piscina, asumidos por mi adolorida cabeza sin perspicacia, como primitivas manifestaciones de afecto.

No hay final en esta película, tal vez, algo como un desenlace hollywoodense: muy predecible. Al menos, eso si, cuando estalla en la cara un "i love you" pueden verse los destrosos en tonos rosados.

Personaje decifrado: Chica bonsai como "otra amiga"






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