Detras de la casa, sin que nadie lo notara, se sentó a contar el dinero. Habia suficiente como para comprar los tiquetes, una maleta y unos pantalones. Escarbó con la pala de jardineria en alguno de los postes de la cerca, que pasaba justo a unos metros del muro. Desenterró una caja de hojalata, alguna vez utilizada para guardar galletas de soda, en cuyo interior estaba envuelto, en una bolsa de plástico, el resto del dinero. Habian pasado dos años y depués de una serie de pequeños trabajos en la finca como de algunos robos a los vecinos estaba preparada para buscar a sus padres.
1 comentario:
Me gustan mucho tus historias =)
te dejan pensado en el antes y el después de éstas.
Saludos
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