febrero 04, 2010

Un mundo sin Dios (primera parte)

En la soledad de la ilimitada tierra que se prolonga bajo sus pies, unos hombres que hasta ahora se cuestiona a ellos mismos, que se preguntan dónde estan y para qué llegaron; como siempre ven hacia arriba, en donde un foco de luz irritante les hiere los ojos. Joven humanidad temerosa de peligros al asecho, desconfiada pero valiente y escurridiza. Ahora detienes tu paso y preguntas el por qué de tu soledad y te miras como nunca lo has hecho, creyendote advenediza. Sabes lo que estas a punto de hacer, y te consuelas justificandote, sabes que es deber tuyo crear; entonces, soplas un oido con delicadeza, para que moldeado finamente con el martillo y el yunque (del estribo: algo asi como los caballos desbocados de la imaginacion humana) salgan por la boca las tres letras de tu mas ingeniosa creacion: Dios.

Es Dios entonces la brújula. Parte primera hacia la definición de esperanza. Una busqueda. Muchas respuestas. Nocion de perfección, simulacro de justicia; si es que el concepto se manejaba entonces. Edificaron en una idea lo mejor de su imperfecta naturaleza, aveces indiferente, asquerosa o voluptuosa, todo depende de quien este encima. Su ojo que todo lo ve, se posa sobre sus cabezas todas los dias y todas las noches, salvo los dias nublados y las noches de profunda oscuridad.

Que bueno es sentirse acompañado, dijeron entre suspiros los hombres que continuaron su camino.

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