mayo 06, 2010

Conmemoraciones

1.
Existe un lugar donde simpre va a lamentarse. Un espacio atiborrado de recuerdos que se almacenan en objetos. Allí estan algunas de las sillas del primer comedor, en el que los domingos solian sentarse juntos a cenar, ponian velas y apagaban las luces; ella solía poner un Cd de Piazzola; él tenía que cocinar un plato especial que geneneralmente era pasta, en alguna de las cien posibles preparaciones del libro: un regalo de cumpleaños. Ese cuarto, destinado para un hijo que nunca llegó, se encuentra al final de un estrecho corredor, tiene una enorme ventana que da al parque del conjunto residencial y en las paredes todavia resaltan las pinturas, hechas por ambos, de los personajes Disney. Antes de irse al cuarto y después de la improvisada comida, pasaba por su habitación donde recogia la manta, que estaba doblada sobre la cama hace mucho sin destender; el mismo tiempo desde que él se rindió. Llegaba al rincon, donde habia improvisado una cama con los cojines del sillón, también arrumado y se recogia para poder meter su cabeza en las rodillas. Aveces miraba por la ventana o por el espacio que aún le quedaba de ella pero muy pronto volvia a la esquina-cambuche donde mendiga esperanzas.